Microrrelatos, historias en miniatura.
Motivación de la actividad.
La Biblioteca Nacional de Madrid convoca, un año más, un concurso de microrrelatos. Este año, hay que escribirlo a partir del anuncio con el que nos felicitan la Navidad. Puede ser una buena ocasión para acercar al alumnado a este género literario y realizar prácticas; incluso, se pueden presentar al concurso. Independientemente de ello, creemos que la actividad es válida por tres motivos: sirve para interpretar una historia en lenguaje audiovisual, toman contacto con el género del microrrelato y realizan una práctica de escritura que les exige una serie de destrezas narrativas específicas del género. Nivel para la actividad: tercer ciclo de primaria y E.S.O.
Sobre el microrrelato
Ha sido llamado el cuarto género narrativo, y es todo un emblema de nuestro apresurado siglo XXI. Los otros géneros narrativos son la novela, la novela corta y el cuento.
El microrrelato es un texto literario en prosa con dos características principales:
-
Brevedad: aunque no hay acuerdo en el tamaño exacto, puede oscilar varias líneas y una página. Es una historia mínima, pero no un resumen de un cuento largo. Hay que narrar solo lo imprescindible. Elegir bien las palabras, pinta con ellas, sé sugerente.
-
Narración. Se necesita partir de una situación inicial para llegar a otra distinta. Ha de aparecer al menos un personaje al que le suceda una historia, dentro de un tiempo. Todo ello, muy sintetizado y esquemático, con importancia de la sorpresa o el enigma en el final. El título es importante, porque servirá para orientar la lectura.
Algunos ejemplos de microrrelato
Ofrecemos algunos ejemplos de microrrelato de un escritor guatemalteco, Augusto Monterroso, maestro en este arte. Puedes leer y escuchar otros, en la página web del Centro Virtual Cervantes. Es autor del microrrelato más famoso y breve en español, titulado El dinosaurio:
El dinosaurio
Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí.
Historia Fantástica
Contar la historia del día en que el fin del mundo se suspendió por mal tiempo.
La mosca que soñaba que era águila
Había una vez una Mosca que todas las noches soñaba que era un Águila y que se encontraba volando por los Alpes y por los Andes.
En los primeros momentos esto la volvía loca de felicidad; pero pasado un tiempo le causaba una sensación de angustia, pues hallaba las alas demasiado grandes, el cuerpo demasiado pesado, el pico demasiado duro y las garras demasiado fuertes; bueno, que todo ese gran aparato le impedía posarse a gusto sobre los ricos pasteles o sobre las inmundicias humanas, así como sufrir a conciencia dándose topes contra los vidrios de su cuarto.
En realidad no quería andar en las grandes alturas o en los espacios libres, ni mucho menos.
Pero cuando volvía en sí lamentaba con toda el alma no ser un Águila para remontar montañas, y se sentía tristísima de ser una Mosca, y por eso volaba tanto, y estaba tan inquieta, y daba tantas vueltas, hasta que lentamente, por la noche, volvía a poner las sienes en la almohada.
El concurso de microrrelatos de la Biblioteca Nacional
Mira el video que aparece debajo y, a partir de él, escribe un microrrelato. Una parte de la historia sucede en la Biblioteca Nacional de Madrid a finales de 1968. Una separación que nunca olvidó la protagonista ¿Qué pasó realmente? ¿Cuál ha sido la verdadera historia a lo largo de estos casi 50 años?
El Concurso de microrrelatos que convoca la Biblioteca Nacional pide que imaginemos una historia en un máximo 200 palabras. Hay que enviarla antes del domingo 15 de enero a redes_sociales@bne.es (con tu nombre, apellidos y datos de contacto).
Se publicarán los tres mejores relatos en el blog de la Biblioteca Nacional el día 26 de enero, y a sus autores (y dos acompañantes) les regalan una visita guiada a los lugares ocultos donde se guardan las palabras en la BNE.
Video
Cuando aquel hombre me sonrió, mostrando un diente dorado, dudé de si realmente estaba en la consulta del dentista o en una joyería.
A ver si los puedes eliminar todos.
Sólo soy un hombre al que el alcohol lleva a hacer cosas muy extrañas y a quién, para tú suerte, no conoces.
De aquella noche, de sexo, lo más excitante fue escabullirse velozmente, al amanecer, para que no me sorprendiera la dueña. Y después, en una encantadora cafetería, tomar un chocolate con churros viendo pasar a los madrugadores y a los noctámbulos.
Quizás no debería haberlos escrito pero ¿quién sabe?
Frío, frío.frío.¡Que fríos sois, joder!. Yo también quiero ser frío. No tener sangre ni pensamientos ni sentimientos. Ser frío y feliz.
¡Ay, ay, ay!- oyó, en la oscuridad.¿Que pasa ahí?¿Quién está ahí?- gritó, acercandose lentamente. Después, el silencio.
Gracias!
Bajaron de la pequeña colina de cerca de la mansión a donde fueron a mirar las estrellas.Ya dispuestos alrededor de la mesa no tardó en comenzar el banquete. Se habló de lo divino y de lo humano, se recordaron hechos de la vida de Valmour, se comió y bebió en abundancia, el plato principal con especial emoción, y siempre buscando la armonía y no la discusión, para que Valmour bajase bien y así se cumpliese su última voluntad en este mundo. Al final, el anfitrión pronunció unas breves palabras.»Queridos amigos, acabamos de incorporar el corazón de nuestro querido Valmour a nuestros organismos, como el quería.Brindemos por ello» «Brindemos por Valmour y por nosotros mismos» gritaron todos.
Yo digo. Tú dices. Él dice. Nosotros decimos. Vosotros decís. Ellos dicen. Creo que se dicen demasiadas cosas.
Dando vueltas por la ciudad es muy probable que no llegues a conocer a nadie pero es posible que te conozcas un poco más a ti mismo.
Tiene un punto conmovedor ver como los humanos intentamos oponernos al caos.
La vida diluída como el hielo en la bebida.
Todos los caminos conducen a la decadencia. Pero no todos son igual de válidos. Y hay que intentar disfrutar del camino.