Maria José Pérez, que ya colaboraba con nosotros enviándonos un fantástico recurso para trabajar la comprensión lectora, nos ayuda ahora a solventar errores que cometemos al trabajar la comprensión lectora. Aquí os lo dejo.
Acabo de leer un artículo reciente titulado «¿Es adecuado el enfoque de los libros de texto para el desarrollo de la comprensión lectora?: Análisis crítico de materiales de Educación Primaria» de Ana Victoria Castillo López y Gracia Jiménez Fernández, pertenecientes a la Universidad de Granada, España.
El trabajo está disponible en Internet y es de aconsejada lectura. Lo publica la Universidad venezolana del Zulia en la revista Opción, Año 32, No. Especial 7 (2016): 437 – 454.
Las autoras llevan a cabo un análisis a partir de catorce libros de texto de los ciclos segundo y tercero de Primaria (concretamente, cursos 3º y 5º) y evalúan si el modo de enfocar la comprensión lectora es adecuado para el avance de los estudiantes.
Las deficiencias
¿Qué deficiencias detectan? Señalamos cuatro elegidas de entre las que ellas encuentran:
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Los libros de texto están más diseñados para evaluar que para enseñar a comprender la lectura.
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Se da preponderancia a los textos narrativos, que por su estructura son más sencillos que los expositivos.
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Abundan más las preguntas literales, que son más evidentes y sencillas que las inferenciales.
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Hay un bajo porcentaje de actividades de comprensión crítica (o valorativa) y de metacomprensión.
Importancia de la metacomprensión
Si la clave está en aprender a comprender, hay que potenciar la metacomprensión. En el artículo se define en estos términos:
«aquella actividad cognitiva basada en la planificación, supervisión y evaluación de la comprensión lectora. Este nivel permite la detección de los fallos en comprensión, el reconocimiento de las causas del error y la aplicación de estrategias correctoras. En ese sentido, al leer se pueden producir problemas en la comprensión de palabras, frases y/o párrafos, pero si el lector puede detectar y corregir esos problemas estará aplicando sus habilidades de metacomprensión lectora (p. 349).
¿Cómo solventar estas deficiencias?
Las autoras proponen varias pistas para ello (pp 451-452), basadas en la inclusión de estrategias como:
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Activación de conocimientos previos antes de la lectura a través del lenguaje oral. Para favorecer la comprensión del texto es imprescindible que, al principio de cada lectura se fomente el lenguaje oral donde se activen los conocimientos previos a partir del título o palabras clave del texto.
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Incrementar la habilidad de metacomprensión. Con actividades como un pequeño cuestionario con algunas preguntas que le permitieran al alumno reflexionar sobre qué variables personales están implicadas en la tarea para que pueda mejorarlas y modificarlas para conseguir el objetivo de la comprensión. Por ejemplo: ¿Has comprendido todo en la primera lectura?, ¿qué problemas te han surgido?,¿qué has aprendido de este texto?, ¿te has parado en algún momento y has vuelto atrás para empezar de nuevo a leer?, ¿te ha resultado difícil esta parte? ¿por qué crees?, etc.
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Autorregulación del proceso de comprensión. Realizar pequeñas anotaciones cuando hacen una primera lectura, por ejemplo, si no comprende una palabra, si su comprensión ha sido total o parcial así como las razones…
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Enseñanza para responder a preguntas Inferenciales. Es necesario trabajar de forma específica las preguntas inferenciales. Por ejemplo, a través de la enseñanza de estrategias como las preguntas detective va a permitirle deducir el significado y discriminarlas de aquellas literales donde puede ser suficiente con realizar una búsqueda rápida ya que la respuesta a la pregunta es tal cual aparece en el texto.
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Otras estrategias de comprensión lectora: representar la historia empatizando con personaje, hacer dibujos sobre una parte del texto y, posteriormente, comparar con los dibujos de los otros compañeros.
Otra forma de mejorar la comprensión es trabajar la lectura recíproca. Es un método para mejorar la comprensión lectora que desarrolla estas cuatro habilidades
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Predecir: a partir de una imagen, de un título, tapando el párrafo siguiente y teniendo en cuenta el contenido del anterior, entre otras. Se puede escribir una frase para hacer la predicción similar a esta: creo que este texto/párrafo tratará…
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Clarificar: a medida que se lee, es necesario preguntarse a uno mismo si se comprende el texto, y si no es así, volver atrás y releer para intentar resolver el problema.
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Preguntar: que los propios alumnos originen sus propias preguntas; la formulación de preguntas también nos va a permitir saber si han comprendido o no el texto. Probablemente al principio sean más sencillas pero gradualmente surgirán preguntas más complejas.
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Resumir: el contenido del texto con herramientas como resumir en diez palabras el contenido, por ejemplo, se puede pedir a los alumnos que realicen un cártel con contenido del texto.
Como veis, pistas muy interesantes que se pueden aplicar en el aula y complementar las actividades de los libros de texto, cuando se ve que son insuficientes. En el artículo que reseñamos hay también bibliografía interesante para este fin.
Muy buen artículo, gracias por compartirlo.